SOY PROFESOR RURAL Y
SOY DE LA CNTE
Ser profesor rural y pertenecer a la CNTE para nosotros es un orgullo
pero para el Estado es un veneno; para la burguesía mientras menos seamos mucho
mejor para sus intereses, porque nosotros los maestros democráticos y disidentes
luchamos por una educación popular, que rescate los valores culturales de
nuestros pueblos, que eleve al más alto rango del desarrollo social a la
humanidad en su conjunto, liberando a las mujeres y los hombres de cualquier
tabú, prejuicio o forma de sometimiento político, económico y social.
Los trabajadores de la educación no nos oponemos a la evaluación, pero
si estamos en contra de las evaluaciones estandarizadas que vienen de otros
países, mirando otros contextos, ignorando la terrible realidad educativa de
nuestro país y la responsabilidad aboluta del Estado al respecto. Sí, los
distintos niveles de gobierno, así como los distintos poderes de la unión han
abandonado a la educación, han reducido el presupuesto educativo y han
priorizado otros gastos, ajenos a este, culpando de todo ello a los maestros y
maestras que día con día recorremos kilómetros de terracería para acudir a
nuestros centros de trabajo con la tarea incansable de trabajar en escuelas de madera, lámina o adobe con nuestros
alumnos, quienes en muchos de los casos no solamente no tienene recursos
económicos para pagar pasaje, sino que nisiquiera tienen para desayunar.
Por eso decimos que la primera evaluación debe hacerse hacia los
gobernantes y el sistema educativo que solo genera mano de obra calificada. Los
verdaderos maestros preparados hoy estamos en las calles, peleando con conciencia, rabia y
coraje contra las reformas reaccionarias a la constitución, que violentan
nuestros derechos como pueblo y trabajadores.
La reforma educativa no solo afectara a la base magisterial, sino que
dentro de ella está inmersa la eliminación del pobre subsidio a la educación,
dejando el gasto total en manos de los padres, haciendo más pobres a los pobres
y más grandes los bolsillos de los que se creen dueños del país.
Los maestros democráticos
que vivimos junto al pueblo, que sufrimos con el pueblo y que luchamos con el
pueblo, porque somos hijos del pueblo, no estamos de acuerdo con este sistema capitalista, ya
basta de tanta violaciones a nuestros derechos, de llamarnos vándalos, cuando
lo que la lucha magisterial rescata es la soberanía nacional.
En estos intensos días de lucha, le hemos demostrado al gobierno federal
ilegitimo y patrocinado por los medios de comunicación, que no estamos de
acuerdo con su accionar en contra de los intereses del pueblo, son días que
hemos dejado en jaque al gobierno, pero no solo queda en este plano, si es
necesario llegar a la lucha armada llegaremos, pero yo, que soy maestro rural,
que soy indígena zapoteco, que soy hijo de campesinos, no me iré de este
plantón nacional sin esperanza para mis niños y mi pueblo, porque la lucha es
por ellos.
Me siento orgulloso de pertenecer a este cuerpo de camaradas que luchan
día a día desde sus trincheras y que hoy nos alberga y nos une una esperanza,
la educación popular de calidad, y la defensa de la soberanía nacional. En el
plantón no se vive una vida de rey, nadie nos financia como dicen los medios de
comunicación. Aquí se tiene que pasar hambre, dormir en la calle, sobre
cartones y en el mejor de los casos en casa de campaña, con la lluvia y los
granaderos acechándonos con su mirada de odio todos los días, con la amenaza
permanente de un posible desalojo, pero no nos van a detener, porque tenemos en
nuestras manos la esperanza de nuestros niños y nuestros pueblos y eso es más
que un arma nuclear.
Siento un nudo en la garganta al escuchar las consignas y los discursos
de los camaradas, la emoción es muy grande al ver estas grandes movilizaciones de
varias decenas de miles de compañeros provenientes de todo el país. Sobre todo
cuando el mismo pueblo te alienta y te llama a luchar, cuando los aplausos
obreros te sorprenden en el mero corazón de nuestro país y te gritan ¡Yo te
apoyo maestro!
También se siente feo cuando algunas personas humildes, del pueblo,
defienden a sus amos que los pisotean; pero ellos no tienen la culpa, es la
ignorancia y la necesidad de sus familias la que los lleva a lamer sus cadenas.
Igual que los policías que tanto nos odian, cuya ignorancia y miseria los lleva
a matar y a desaparecer al mismo pueblo. También ellos son trabajadores como
nosotros, solo que ellos pelean para defender a su amo.
Quizá digan los grandes medios de comunicación que somos pocos, esos
mismos encorbatados que nos están tachando de vándalos, para Televisa y TV Azteca
es su mero trabajo, desconcientizar al pueblo trabajador para mantenerlo
sometido y cegado. Por eso la toma de las televisoras, del Aeropueto
Internacional de la Ciudad de México y del Congreso de la Unión han sido
importantes, para que vean que nos somos ninguna minoria, sino decenas de miles
de trabajadores de la educación con conciencia de clase y amor por nuestra
niñez y nuestro pueblo.
Ellos ocultan la verdad para poder saquear a nuestros pueblos y a nuestra
nación, con leyes que meramente son para enriquecerse y servir mejor a sus
intereses a costa de nuestro trabajo y nuestros bienes naturales.
Son estas y muchas cosas más que me mantienen en el zócalo de la Ciudad de México en pie de
lucha, porque ya basta que esos malditos que con sus palabras defienden al
pueblo y con sus hechos lo traicionan, esten violentando y lucrando con las esperanzas
de mi nación y mí pueblo.
Que maravilloso es cuando en otros estados ya se estén dando rebeldías
en contra de los poderosos, sindicatos de los estados, que hoy gritan “Oaxaca aguanta,
Quintana Roo-Tlaxcala-Hidalgo-Zacatecas-Chiapas-Puebla-D.F, etc.… SE LEVANTAN”,
Es una emoción que solo los que vivimos en la lucha popular diaria podemos
apreciar, como la sociedad se nos está uniendo, como personalidades se nos
acercan y nos dicen “animo maestros no se dejen, la lucha es hoy y ahora
estamos con ustedes”, es porque la lucha magisterial y popular está dando sus
frutos y repito, solo los consientes y valientes sabemos y apreciamos esa
sensación.
También viene a mi mente el recuerdo de mis alumnos y alumnas, sus
deseos de aprender y ser felices, aún a pesar de la horrible pobreza en la que
viven, aún a pesar de ir descalzos y en harapos a clases. Los extraño mucho,
extraño su alegría, pero su sencilles, su generosidad, su humildad y sus
palabras de aliento “lo esperamos profe”, me hacen reforzar mi convicción: ¡de
aquí no nos vamos sin la victoria!
Cuando me pongo a contemplar y escucho el nombre de grandes luchadores
sociales y magisteriales, es un orgullo ser maestro y pertenecer a la CNTE, ser un maestro rural, ser un
maestro indígena, ser Oaxaqueño y poder gritar junto a miles y miles de voces
en un solo corazón: ¡De Chiapas a Sonora con la Coordinadora!
Profesor de Educación Física del Sector Reforma de Pineda, Región del
Istmo. Orgulloso militante del MDTEO y la Sección XXII del SNTE-CNTE