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jueves, 26 de febrero de 2015

MÉXICO: ¿AVANZAR AL SOCIALISMO O REGRESAR A LA BARBARIE?

La tarde noche del martes 24 de Febrero, la Policía Federal y su “séptima división”, también conocida como “Gendarmería Nacional”, arremetieron contra el magisterio democrático del estado de Guerrero, aglutinado en la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (filial de la CNTE), contra el Sindicato Único de Servidores Públicos del Estado de Guerrero (SUSPEG), así como contra el Movimiento Popular Guerrerense (MPG) que mantenían un plantón en las inmediaciones del Aeropuerto de Acapulco, Guerrero, como parte del plan de acción emanado de la Asamblea Nacional Popular en exigencia de justicia y presentación con vida de los estudiantes normalistas desaparecidos en Iguala, Guerrero los pasados 26 y 27 de Septiembre.

El pretexto: “la supuesta agresión magisterial contra la valla policial con un autobús donde el operador del mismo no pertenecía al movimiento ni recibió instrucciones de este”.

Minutos antes de dicha “agresión”, los elementos de la Policía Federal y de su séptima división, comenzaron a comunicarse entre sí con claves, modificando su formación y preparándose para algo que el magisterio no tenía previsto, pero el estado sí.

Así comenzó la gresca, donde los uniformados recurrieron nuevamente al uso desproporcionado de la fuerza, además de que actuaron como en un teatro de operaciones militar contra una población civil en resistencia, pero completamente desarmada.

Integrando columnas de ataque, contención y persecución, los elementos de la Policía Federal y su canallesca Gendarmería demostraron cuál es el verdadero fin de su presencia en estados empobrecidos, pero movilizados por el hartazgo y la búsqueda de justicia social, como Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Michoacán, etc. Y lo demostraron contra una de las columnas vertebrales de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación como lo es la CETEG y la Sección XIV del SNTE-CNTE en Guerrero y sus aliados naturales de SUSPEG y MPG.

El magisterio democrático de la CETEG, el SUSPEG y el MPG que participaban en las acciones de protesta del día martes, como era de esperarse, dieron respuesta hasta donde sus fuerzas y capacidad técnica fueron posibles en el momento; partiendo del hecho insoslayable que ellos (los trabajadores y el pueblo) no forman parte de un ejército organizado, entrenado y equipado y sin embargo, si fueron atacados por una policía federal de corte castrense, organizada, entrenada y equipada para situaciones de combate, por lo cual fue prácticamente imposible impedir la existencia de bajas durante el enfrentamiento que provocó la muerte del camarada Profesor Claudio Castillo Peña de 65 años de edad, quién fuera parte de la unión de jubilados y uno de sus principales  oradores.

Cabe destacar que la salud del camarada Claudio era delicada, puesto que padecía de poliomielitis y no podía caminar por cuenta propia, teniendo que apoyarse de muletas para ello. Aun así, las bestias uniformadas de la Policía Federal y Gendarmería Nacional, que deberían estar combatiendo a los grupos delincuenciales que operan en el país y al interior del propio aparato de gobierno, arremetieron con odio y saña inenarrable contra la población civil (una vez más en su maldita historia de oprobio, terror y fascismo) dejando como saldo cientos de heridos, al menos doce desaparecidos, cuatro compañeras maestras que fueron violadas por la Gendarmería Nacional como lo prueban en su declaración ministerial, más de cien detenidos y hasta el momento un compañero asesinado por traumatismo cráneo encefálico por los golpes bestiales que recibió sin poder defenderse (aunque ahora la PGR aseguré que fue por “atropellamiento” cuando el camarada Claudio fue bajado a golpes de una camioneta por elementos de la Policía Federal)

Al respecto, tenemos que mencionar que los hechos que se están repitiendo una y otra vez en el estado de Guerrero y parecieran no tener fin, forman parte de toda una estrategia no solamente política, sino también militar orquestada y desatada por los más oscuros círculos del poder burgués, quién vuelve a desarrollar guerras preventivas y/o guerras de baja intensidad contra el pueblo trabajador  y sus referentes más organizados a efectos de amedrentarlos, desmoralizarlos y atomizarlos en lo colectivo, para pasar a la represión individual contra los mejores hijos del pueblo trabajador.

Por ello es que hoy en Guerrero la represión tiene características masivas y en otros estados, como Morelos, donde el fascismo cobró la vida del camarada Gustavo Salgado del FPR, tome características selectivas.

Por ello mismo se recurre a acciones de “rompimiento” contra huelgas, manifestaciones y plantones, para ese fin se ataca a niños y mujeres de manera bestial, recurriendo a las violaciones como táctica para quebrantar la moral del enemigo, por ello los levantones, golpizas, desapariciones y asesinatos como forma de dirimir los conflictos político-sociales, aunque en lo formal el estado burgués convoque “al diálogo y la concertación”. Es decir: por ello se impone la paz de la cárcel, la vejación y la muerte contra opositores políticos.

En este contexto, el estado burgués hoy busca en el fascismo la salida a la crisis económica, política y social que vive México, uncido al carruaje del imperialismo y su égida yanqui, y para ello realiza un estudio pormenorizado de los movimientos  sociales, con tácticas de contrainsurgencia que van desde el uso de los aparatos de inteligencia e infiltración, hasta los montajes de provocación, división, “pacificación” y diferenciación de los movimientos sociales.

¿Cómo sabe el estado burgués de qué manera y en qué momento utilizar cada una de estas “técnicas"?

Precisamente a partir de su trabajo permanente de inteligencia e infiltración que realiza contra los movimientos sociales, máxime en estos momentos en que la tecnología se encuentra a tal punto de desarrollo que es totalmente posible rastrear a una persona a través de su teléfono móvil, las redes sociales, su equipo de cómputo, etc. además del seguimiento sistemático a su vida y labores cotidianas.

Así como ocurre en lo individual, ocurre sobre todo en lo colectivo, donde el estado se encuentra preparado casi por completo previo a cada acción y movilización del movimiento popular, como ha podido observarse en cada una de las movilizaciones de masas, particularmente durante las protestas contra la imposición de Enrique Peña Nieto y más recientemente en aquellas por la presentación con vida de los normalistas desaparecidos y luchas que se han ido sumando.

A ello responden las agresiones “espontáneas” de algunos sectores que durante las movilizaciones de protesta por todo el país y en situaciones sumamente ventajosas para el régimen, donde se inician las llamadas
“acciones directas” aparentemente “contundentes” en su forma, pero parcas en su contenido, tanto político como militar. Estas acciones, o bien aventureras e infantiles, o bien premeditadas y auspiciadas por el estado (provocaciones) terminan siempre, o al menos en la mayoría de los casos, por justificar la intervención policiaca y desde luego, la represión del estado contra los contingentes aún no preparados para enfrentar en términos serios y tácticos, a los aparatos represivos del régimen que como ya señalamos más arriba, están organizados, entrenados y equipados para ello.

De igual forma, ante la necesaria respuesta popular justificada por completo luego de las agresiones sistemáticas del estado, han surgido voces moderadas llamando a “la calma, la no violencia y la no acción de ninguna especie” contra la agresión directa del estado. Es también desde esas voces donde se montan los escenarios de división, pacificación y diferenciación, entre los moderados y “los ultras”, entre los pacíficos y “los violentos”, entre los ciudadanos y “los sin rostro”.

¡Todo pareciera estar entrelazado y en realidad lo está!

El estado, como órgano profesional de la violencia de la clase dominante contra la clase dominada, trabaja permanentemente en diseñar y perfeccionar sus planes de contrainsurgencia y contención de la protesta social y lo seguirá haciendo, como en una rueda que gira y gira para llegar siempre al mismo punto, o lo que es lo mismo, para mantener al pueblo trabajador en una misma derrota sin final en lo aparente.

¿Qué debemos hacer entonces?

Actualmente el país atraviesa por una etapa histórica, marcada sí por la represión del estado y la imposición de todo un paquete de reformas lesivas a los intereses de las masas populares, pero también es una etapa histórica marcada así por el hartazgo del pueblo pobre, por el creciente estado de ebullición de la organización y la protesta social en contra de la injusticia, la miseria y la represión.

Este hecho no debe olvidarse en el análisis de nuestras luchas, y debemos poner énfasis en que la situación nacional tiene dos vertientes, aquella construida y sostenida por la clase burguesa en el poder, y aquella otra que debemos trabajar, construir y sostener la clase obrera y el pueblo trabajador en la perspectiva del poder.

No debemos pensar que las cosas que están pasando son inmutables, que no hay forma de resolverlas o simplemente que no tienen fin, aunque su apariencia así lo indique.

Debemos tener la capacidad de madurar nuestra concepción de la realidad nacional, quizá ahora sumergida en la etapa sensorial del conocimiento que nos dice que todo está mal, hacia un estadio racional del conocimiento, que nos convoque no solo a interpretar, sino también a transformar esta realidad.

Así entonces, los trabajadores, los pueblos, la juventud, las mujeres, la gente humilde y honesta que vive, piensa y trabaja por su familia, la gente que crea y aporta ideas progresistas para el desarrollo nacional, en fin, todo ese cúmulo de ciudadanos que hemos salido por miles, por decenas de miles a las calles, debemos trazarnos algunas tareas impostergables e irrenunciables para transformar la realidad nacional.

PRIMERO.- Debemos atender el llamado a la unidad de todos los afectados por esta política de hambre, miseria y terror que lleva varios años, desde la entrada del neoliberalismo en México, preparando las condiciones objetivas para el asalto del poder en manos del fascismo. Este llamado a la unidad tiene que ser con los ya organizados y los no organizados, con todos aquellos que aspiramos a una realidad distinta, a erradicar de fondo la violencia que azota a nuestro país y sobre todo, a superar el estado actual de cosas que mantiene dos Méxicos: el de arriba, propiedad de los grandes trust y monopolios que impusieron a Peña Nieto y las reformas estructurales, y el de abajo, donde se debaten millones de mexicanos entre la miseria más inhumana que pueda existir.

Dicha unidad debe basarse en objetivos claros a corto, mediano y largo plazo.

En el corto plazo: la abrogación de las reformas estructurales anticonstitucionales, la presentación con vida de todos los desaparecidos, la libertad de todos los presos políticos, justicia para los compañeros asesinados y sus familias, alto a la represión, castigo a los autores materiales e intelectuales de dichos crímenes, etc.

En el mediano plazo: el derrocamiento de este régimen, lo cual va más allá de la simple caída del fascista Enrique Peña Nieto, profundizando la tarea hacia el desmantelamiento del actual aparato del estado, incluidos todos los partidos de la burguesía (PRI, PAN, PVEM, PANAL, PSD, PRD, PT, MC, MORENA, etc.) así como del conjunto de sus poderes fácticos, instaurando un Gobierno Provisional Revolucionario de obreros y campesinos pobres que a su vez convoque a una Asamblea Nacional Constituyente que discuta, apruebe y promulgue una Nueva Constitución que verdaderamente represente y defienda los legítimos intereses de las masas populares.

En el largo plazo: la edificación de una República Democrática Popular de nuevo tipo, donde el modo de producción (la economía) y la vida social interna y externa (la política) estén enfocadas en el desarrollo armónico y equitativo de todos los factores que intervienen en su proceso, lo que significa que la  producción social de la riqueza y su distribución tengan un carácter eminentemente colectivo, en sus derechos y obligaciones. Hablamos sin duda alguna de un estado Socialista.

SEGUNDO: estas tareas del proletariado y las amplias masas populares pueden y deben ser interpretadas como un PROGRAMA DE LUCHA, sin el cual, todo concurso de esfuerzos y acciones populares, quedará reducido a voluntarismos y espontaneidad. Por ello debemos tener la capacidad no solo de aceptar, sino también de aplicar paso a paso este PROGRAMA DE LUCHA con contenidos nacionales, con tareas igualmente urgentes en términos de la táctica como lo son

I. CONSTRUCCIÓN DEL FRENTE ÚNICO DE TODO EL PUEBLO: el cual debe basarse en algo más que la simple convergencia de esfuerzos para acciones determinadas, sino que debe materializarse en la construcción de las ASAMBLEAS GENERALES DEL PUEBLO EN LUCHA en cada localidad, centro de trabajo, escuelas, barrios, ciudades, etc. para confluir de manera unitaria y representativa en una sola ASAMBLEA NACIONAL DEL PROLETARIADO Y LOS PUEBLOS DE MÉXICO, entendiendo que hoy en día el proceso asambleísta de las masas populares debe servir no solamente para echar adelante acciones demostrativas y de protesta, sino también para ejercitar ensayos de poder popular como lo son los Ayuntamientos y Comunidades Comunitarias y/o Autónomas, los Consejos Generales de Representantes del Pueblo y las Policías y/o Guardias Comunitarias que se han ido extendiendo a cada vez más rincones de este país.

Este FRENTE ÚNICO DE TODO EL PUEBLO debe servir entonces para convocar algo más que mega marchas y grandes acciones demostrativas; es decir: debe servirnos para pasar de la “resistencia” sin final, a la OFENSIVA POPULAR decisiva para la disputa del poder.

II. CONSTRUCCIÓN/ESTALLAMIENTO DE LA HUELGA POLÍTICA GENERAL: entendiendo que dicha OFENSIVA POPULAR debe hacerse en los más extensos márgenes y rincones del territorio nacional, con un solo contenido y objetivo de clase: EL DERROCAMIENTO DEL RÉGIMEN.

Pensamos que la HUELGA POLÍTICA GENERAL puede ayudar en mucho a cambiar la correlación de fuerzas no solamente en términos inmediatos, sino también históricos; dado que no es lo mismo estallar una huelga nacional de industria o sector, con probables contenidos gremialistas, al igual que una huelga nacional de corte economicista o reformista (ambas planteadas como salida actual por elementos vacilantes y de dudoso compromiso con el movimiento) a una HUELGA POLÍTICA GENERAL cuyo objetivo vaya más allá que una simple negociación gremial o económica, sino que busque con claridad materializar el PROGRAMA DE LUCHA descrito más arriba.




¿Será esto suficiente?

Los marxistas-leninistas estamos convencidos que el desarrollo del movimiento revolucionario se encuentra regido por las mismas leyes que determinan el desarrollo de la sociedad; por lo cual el pueblo trabajador, del brazo del proletariado y su elemento consiente, deberán ir elevando sus formas de organización y sus formas de lucha hasta hacer posible la toma del poder y el inicio del cambio revolucionario en nuestro país.

Esto significa que a la par de estas tareas tácticas, existen también tareas estratégicas en cuanto a las formas y niveles de organización que requerimos construir, así como en cuanto a las formas y niveles de lucha que deberemos ejercitar.

Construcción del Partido de Vanguardia de la clase obrera y las masas populares. Construcción del Frente Único de Masas de la clase obrera y las masas populares. Construcción del Ejército del Pueblo al servicio de la clase obrera y las masas populares. Lucha implacable para la toma del poder en manos del proletariado y las masas populares. Lucha irreconciliable para el ejercicio del poder en manos del proletariado y las masas populares.

La tarea de los revolucionarios, los progresistas y los comunistas consiste en este momento en demostrar al pueblo que esta derrota sin final aparente sí tiene fin. Debemos enfatizar que la rueda de la historia gira y gira y no hay fuerza material en el mundo capaz de detenerla. Es imperativo que demostremos ante nuestro pueblo y nuestra clase que nuestros enemigos históricos ya antes han sido derrotados por nuestros pueblos y nuestra clase en otras latitudes del mundo y que es posible construir una sociedad distinta, rompiendo de lleno con el capitalismo y sus lacayos de todo pelaje.

¡Camaradas!

Nunca como hoy las tesis de Federico Engels respecto al dilema de la sociedad capitalista que o avanza hacia el Socialismo o regresa a la barbarie, habían resultado tan urgentes para determinar el futuro del proletariado y los pueblos de México.

Nunca como hoy el estado burgués había mostrado ante el mundo su cinismo, su falta de aprecio por la vida humana y su falta de capacidad para atender las necesidades del país.

¡Es hora de transitar hacia los nuevos estadios de lucha, escalando peldaño por peldaño, etapa por etapa para desatar la ira del vendaval popular en la perspectiva de nuestra liberación!

¡Presentación con vida de los normalistas y todos los desparecidos!
¡Justicia para el camarada Gustavo Salgado Delgado!
¡Justicia para el camarada Claudio Castillo!
¡Justicia para todos los caídos en manos del régimen!
¡Libertad a todos los presos políticos!
¡Abajo el régimen fascista!
                                                      ¡Abajo Peña Nieto y sus malditas reformas!                                  

¡Que los trabajadores gobiernen la patria!
Comité Regional Istmo
Frente Popular Revolucionario


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