Igual que en la oscuridad del odiado régimen Ulisista, hoy nuevamente el estado de Oaxaca comienza a revivir el olor a pólvora, a miedo, a represión, precisamente en los inicios de un gobierno autodenominado del “cambio”. El recuerdo helado de las golpizas, los levantones, las detenciones, las persecuciones, las desapariciones forzadas y finalmente, el asesinato como medio para contener la organización y la lucha social, vuelve postrarse en las mentes de los pueblos y los trabajadores de Oaxaca, quienes no dejan de preguntarse como es posible que un gobierno que aseguro nunca más utilizar la fuerza pública para reprimir al pueblo, hoy lo este haciendo con total descaro, o bien, permitiendo que grupos caciquiles utilicen la violencia más bárbara y terrorista por medio de sus organizaciones paramilitares, para masacrar inocentes y perpetuar su control político en lugares estratégicos.
El artero asesinato del camarada Bernardo Vázquez Sánchez, dirigente de la Coordinadora de Pueblos Unidos del Valle de Ocotlán, ocurrido la noche del 15 de Marzo del presente, se inscribe en la larga lista de agresiones y asesinatos cometidos contra luchadores sociales durante el gobierno de Gabino Cué Monteagudo, cuyo record comienza a elevarse por encima incluso de lo hecho por el Tirano Ulises Ruiz Ortiz, con 31 activistas y luchadores sociales asesinados en tan solo un año y tres meses de gobierno.
Desde el 1° de Diciembre de 2010 a la fecha, prácticamente ninguna organización o sindicato nos hemos salvado; en todas las regiones del estado, las formaciones políticas y gremiales del pueblo hemos tenido que sufrir nuevas bajas en nuestras filas, ya sea por el encarcelamiento, la desaparición o el exterminio de nuestros camaradas.
La tendencia represiva sigue siendo la misma que el Tirano Ulises Ruiz Ortiz dibujó al término de su mandato: el asesinato selectivo de los dirigentes visibles de nuestras organizaciones, a nivel estatal, regional o local. El homicidio del camarada Catarino Torres Pereda (CODECI) y luego de Heriberto Pasos Ortiz (MULT) abrió la puerta de la acción paramilitar en el estado de Oaxaca como medio infalible del estado, capaz de evitar los malos ratos que implican las explicaciones sobre la actuación policial y su acostumbrada brutalidad.
De ahí para acá, las muertes de otros dirigentes populares han llenado nuestras calles y pueblos con el rojo de su sangre, como el Profesor Rafael Vicente Rodríguez Enríquez (FACMEO) o la desaparición del Profesor Carlos René Román Salazar, por mencionar tan solo algunos ejemplos.
Decenas de comunidades y municipios han tenido que enfrentar de manera aislada la acción paramilitar de los cacicazgos locales y cuando se han organizado para defenderse, han sido reprimidos por la policía estatal. Los pueblos originarios han exigido respeto a sus formas de organización y sus decisiones, han pedido respeto por sus tierras y sus territorios contra los megaproyectos, y el resultado solamente ha sido mayor persecución, represión y muerte. Distintos sindicatos de trabajadores han manifestado su inconformidad ante determinadas condiciones laborales o políticas asumidas por los distintos niveles de gobierno y la respuesta nuevamente ha sido la represión. Los estudiantes han tenido que correr la misma suerte al defender su derecho a una educación pública, gratuita, científica y democrática.
En Oaxaca no hay ninguna comunidad, ningún pueblo, ninguna organización, sindicato o coordinación estudiantil que no haya sido reprimido por el gobierno del “cambio”.
Esta represión, como en los mejores tiempos del Tirano Ulises Ruiz Ortiz va en aumento, y atraviesa por todas y cada una de las etapas establecidas por los poderosos para aniquilar a la oposición. La guerra mediática de desprestigio contra el magisterio, los estudiantes, las organizaciones, los sindicatos, los pueblos y comunidades en resistencia ha adquirido niveles drásticos con autenticas campañas de odio de algunos medios llamando a la opinión pública y al gobierno del estado a reprimir cualquier tipo de manifestación, independientemente de sus causas. Toda movilización política de cualquier sector social afectado por los estragos de la crisis, inconforme con alguna injusticia gubernamental, etc. de inmediato se ve satanizada y vulgarizada tildándola de “oportunista o centavera” cuando muchas de estas movilizaciones de los distintos sectores y formaciones del pueblo en lucha, han sido esencialmente políticas. La guerra mediática esta perfectamente orientada por el gobierno del estado y la burguesía en el poder y sus alcances, así como sus matices, se dan en función de su interés inmediato: preparar el terreno para golpear de fondo.
También la formación de un estado policiaco donde la Secretaría de Seguridad Pública se vuelve inexplicablemente en una Super Secretaría incuestionable, irrebatible y con un titular insustituible, al menos para el Gobernador. Un aparato policiaco bastante costoso y con una herencia ideológica del viejo régimen bastante grande. Prácticamente los mismos policías de antes (sí, los que en 2006 asesinaban a nuestro pueblo) y bajo la misma conducta política: reprimir para acallar. ¿Cuántas comunidades y organizaciones no hemos tenido que encontrarnos nuevamente con la policía estatal tan solo por defender nuestros derechos? ¿Cuántas veces esta policía no ha vuelto a golpearnos, incluso con más saña que en el 2006?
Finalmente, una represión de estado (no solamente gubernamental) donde la burguesía en el poder les dice a sus administradores: “háganse a un lado y dejen que las cosas pasen”. Porque los asesinatos de los luchadores sociales han sido en manos de grupos paramilitares o de sicarios al servicio de caciques que trabajan para intereses más grandes, como los del imperialismo y sus megaproyectos. Un estado represivo donde el gobierno dice “atiendo” pero no resuelve, donde el gobierno dice “investigo” pero no previene, donde el gobierno dice “condenamos” pero no hay justicia. En pocas palabras, un estado que se va derechizando cada vez más, que va preparando de mejor manera su guerra contra el pueblo y recurre cada vez más a métodos terroristas y sanguinarios, tal como lo ha hecho históricamente el fascismo. Tal como lo está haciendo el fascismo en México con Felipe Calderón al frente y todos aquellos personajes que le garanticen a la burguesía este nuevo proyecto de nación que se han trazado, y que sin duda alguna es de represión, sometimiento y súper-explotación de nuestros recursos naturales y nuestra fuerza de trabajo para obtener la máxima ganancia y continuar enriqueciéndose a nuestra costa.
Ante este escenario es difícil no relacionar a este gobierno del “cambio” con la ola de represión que estamos viviendo los oaxaqueños y que literalmente nos está matando uno por uno, ante estos hechos nuestros pueblos, sindicatos, coordinaciones estudiantiles y organizaciones nos vemos forzados caracterizar esta actitud permisiva del gobierno actual hacia los grupos paramilitares como una política de estado y además, como una política fascista, al desatar el terror contra el pueblo por todos los medios de los que dispone el estado burgués.
Estamos convencidos que existen intereses grandísimos dentro de la estructura del gobierno actual que le apuestan a desatar un baño de sangre en todo el estado, grupos y grupúsculos identificados con personajes cuyo principal interés es trabajar desde ahora y desde este gobierno para la formación de su proyecto de nación fascista, que acabe con las históricas conquistas y derechos de las masas populares. Estamos convencidos que también dentro del gobierno del estado actual, esos mismos grupos pretenden hacer fracasar a Gabino Cué en su proyecto de transición democrática (bastante tibia por cierto) y enemistarlo con el movimiento social, que dicho sea de paso, contribuyó con sus fuerzas y trabajo a la derrota sobre la peste PRIísta que saqueo Oaxaca durante 80 largos años.
Es evidente que esta política de represión va a continuar e irá en aumento hasta lograr su objetivo: generar el caos y justificar la más sangrienta de las represiones. Pero igual que en la negrura del viejo régimen Ulisista, las organizaciones, los sindicatos, los pueblos, los estudiantes, las mujeres, todos y cada uno de los que sufrimos día a día la pobreza, la explotación, el despojo, el saqueo y la represión, necesitamos prepararnos nuevamente, como lo hicimos en 2005 y logramos madurarlo en 2006, para construir una plataforma de lucha común, unitaria y democrática que nos permita no solamente detener el avance del fascismo, sino fundamentalmente exterminarlo en nuestro estado y nuestro país. Requerimos construir el Frente Único de Todo el Pueblo contra el terrorismo de estado, contra los megaproyectos, contra el capital, contra el imperialismo y contra sus lacayos.
Necesitamos volver a hermanar nuestras luchas y dejar de una buena vez por todas la falsa y tonta idea de que este es un gobierno de “todos”, porque el pueblo pobre no está en el gobierno. Quienes gobiernan Oaxaca son los mismos de siempre: los empresarios, los politicastros de ayer y hoy, en fin, la burguesía.
Necesitamos dejar muy en claro ya no con discursos ni con pronunciamientos, sino con acciones concretas, contundentes y unitarias en todo el estado, que no permitiremos ni un asesinato, ni una detención, ni una desaparición más de ningún compañero de los distintos sectores y formaciones políticas y gremiales de nuestro pueblo. Necesitamos dejar muy en claro que no vamos a permitir más agresiones ni más saqueos en nuestros pueblos, en nuestras tierras y en nuestros territorios y que en esa exigencia, vamos a recurrir a todas las formas de lucha que sean necesarias.
Ha llegado la hora de preparar y desatar el vendaval popular, que acabe con todo, mucho más fuerte y poderoso que aquella ventisca que derribo la inútil velaría de los gobiernos Ulisista-Gabinista. Ha llegado la hora de que nuestros puños, nuestra ira, nuestra indignación y nuestros ideales, adquieran la fuerza de un martillo hecho de acero, que derribe y deje en añicos a la burguesía y los fascistas de una vez por todas.
¡CONTRA EL TERRORISMO DE ESTADO Y POR EL RESPETO A LA VIDA!
¡CASTIGO A LOS ASESINOS DE NUESTROS CAMARADAS!
¡CASTIGO A LOS REPRESORES!
¡SI NOS TOCAN A UNO NOS TOCAN A TODOS!
ORGANIZACIONES FIRMANTES CONTRA EL TERRORISMO DE ESTADO
Sección 22 del SNTE-CNTE, Coordinadora de Pueblos Unidos del Valle de Ocotlán, Frente Amplio de Comunidades Marginadas del Estado de Oaxaca (FACMEO), Organización de Pueblos Indígenas Zapotecos (OPIZ), Consejo Indígena Popular de Oaxaca-Ricardo Flores Magón (CIPO-RFM), Colectivo Libertario Magonista, Movimiento de Unificación y Lucha Triqui (MULT), Convención Estatal Democrática (CED), Coordinadora de Lucha Indígena y Popular (CLIP-ONPP), Coordinadora de Usuarios del Transporte Urbano, Frente Único Campesino (FUC), Frente Popular Revolucionario-Partido Comunista de México (m-l) (FPR-PC de M m-l), Comité de Defensa Ciudadana (CODECI), COFADAPO, Trabajadores del IMSS, Federación Democrática de Sindicatos de Servidores Públicos Sección Oaxaca, Frente Único de Defensa Indígena (FUDI), Frente Nacional Indígena Campesino (FNIC), Colonia El Bajío (Santa Lucia del Camino), Espacio Ciudadano para la Verdad y la Justicia, Sindicato Libre del Municipio de Oaxaca, Organización para la Defensa de los Pueblos Originarios de Oaxaca, STEUABJO, Unión Estatal de Pensionados y Jubilados 26 de enero, Organización de Defensa Indígena, Agencia Municipal de Esquipulas Xoxo, Frente Amplio de Lucha Popular (FALP), Colonia Calicanto (santa Lucia del Camino), Frente Único de Comerciantes, Organización de Comerciantes en Conciencia en apoyo al Magisterio (OCCAM), Frente de Izquierda Revolucionaria (FIR), Unión de Comunidades de Santiago Amoltepec (UCISA), Frente Único de Comerciantes de la APPO.
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