El imperialismo atraviesa una de las peores crisis económicas de que se tenga memoria, para aliviar sus efectos la burguesía no duda en poner en marcha diversas medidas de las cuales los costos principales los ponen los pueblos trabajadores; recortes a los programas de asistencia, en salud, en educación, en materia de seguridad; despidos, incrementos a los impuestos.
Estas medidas que solamente buscan proteger los privilegios de unos cuantos provocan respuestas movilizadas de los sectores populares y la inventiva de las masas cobra diversas formas, las grandes sacudidas del norte africano (aun con sus propias particularidades) son la primera muestra de las enormes capacidades que tienen los pueblos para organizarse y luchar; el movimiento de los ocupa, los indignados, las grandes huelgas que sacuden el territorio griego nos ilustran de como los pueblos comienzan a ubicar con plena claridad al enemigo principal.