Sin duda alguna, la noticia que corre por el mundo anunciando la muerte de Guillermo León Saénz Vargas, mejor conocido como Comandante Alfonso Cano, Jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejercito del Pueblo (FARC-EP) y de la dirección central del Partido Comunista Clandestino Colombiano (PCCC) no puede menos que consternar y llenar de profundo pesar el corazón colectivo y rebelde de la clase obrera y los pueblos, no solamente de la Colombia digna y sus casi cinco décadas de guerra de guerrillas, sino también del proletariado y los pueblos de toda América.
El asesinato del Comandante Alfonso Cano, quien fuera una de las principales columnas en la dirección política y militar de la guerrilla colombiana representada en las FARC-EP, en medio de la denominada “Operación Odiseo”, no fue tan sencillo como hubiera deseado la reacción colombiana y el imperialismo yanqui. El Comandante Cano tras sortear el terrible bombardeo y la campaña de cerco y aniquilamiento abierta en contra de su columna, aún hizo escupir las ráfagas libertarias de Colombia ante las tropas de tierra que le perseguían, para luego morir en combate.
Nuevamente la bravura del Comandante Cano se puso de manifiesto al enfrentar con su columna a cerca de mil efectivos de la Fuerza Aérea y las Fuerzas Armadas de Colombia, quienes aprovechando el estado de salud del jefe guerrillero, pasaron a la ofensiva rastreándolo por cielo y tierra, bombardeando comunidades y barriendo con todo a su paso, para “recuperar el estado de derecho”.
Así, la humanidad ha perdido a uno de sus mejores hijos en la lucha por su emancipación, al paso que el régimen fascista de Colombia solo demuestra una vez más su papel de bestia servil ante los pies del imperialismo y su égida yanqui, que pretenden por todos los medios acallar la digna voz de las metrallas populares que claman paz, justicia y democracia con dignidad para los trabajadores y los pueblos.
No obstante, pese al regodeo de los reaccionarios y sus amos imperialistas dentro y fuera del territorio colombiano, los explotados y oprimidos de América Latina tenemos claro que la muerte del Comandante Alfonso Cano, así como la de otros hombres y mujeres que han regado con su sangre el suelo fértil de la América Insurrecta, no representa más que un recodo en el luminoso camino para la liberación de los pueblos y la conquista del poder en manos de los trabajadores.
De esta manera, con el pesar que necesariamente nos produce la pérdida física del camarada Cano y seguros de que su obra continuará despuntando el camino de las y los milicianos farianos en Colombia, pasando por las consiguientes tareas organizativas al interior de sus estructuras políticas y de combate, los trabajadores y los pueblos del Istmo de Tehuantepec, Cinturón de la Patria Mexicana, enviamos nuestras condolencias al hermano pueblo de Colombia, las FARC-EP y el PCCC, inclinando nuestras rojas banderas de la hoz, el martillo y la estrella comunistas en memoria del Comandante Alfonso Cano y los milicianos caídos en combate contra el régimen.
Camaradas de Colombia: ¡Los que mueren por la vida no pueden llamarse muertos! Camarada Comandante Alfonso Cano: a partir de hoy, Noviembre y La Salvajina, llevarán por siempre tu voz y tu rabia.
¡Honor y gloria al Comandante Alfonso Cano!
¡Muerte al régimen fascista en Colombia!
¡Muerte al imperialismo!
¡Que los trabajadores gobiernen la patria!
Comité Regional Istmo
Frente Popular Revolucionario
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