Calderón prefiere los trazos en rojo de una guerra inicua, al blanco inmaculado de la nada… www.ladignavoz.org; Twitter: @ladignavoz
Ante la iniciativa que tutela Felipe Calderón para vetar la Ley General de Víctimas –desatendiendo arbitrariamente la aprobación unánime de dicha Ley en las cámaras alta y baja–, el fundador del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD), Javier Sicilia, responde: “Calderón insiste en la negación de las consecuencias de su guerra; el presidente se opone a buscar un camino para la paz y justicia para México”. Más tarde, en una carta abierta dirigida al hombre que alcanzó la presidencia en 2006 por capricho de los magistrados del TEPJF, el poeta escribe: “Por desgracia, Sr. Presidente [sic], la forma en que el Ejecutivo ha asumido esos compromisos lo único que ha hecho es ofendernos y reiterarnos el desprecio que usted tiene por las víctimas y la patria” (Proceso).
Lo que para todo México constituía inequívocamente una treta para ganar tiempo, para Javier Sicilia parecía tratarse de una demanda ciudadana en proceso de efectuarse formalmente. El hombre del escapulario, cuya ingenuidad no pocas veces desconcierta, imaginó que el gobierno de Calderón publicaría en tiempo y forma la referida Ley.